Rafael Guillén
88
pags. Tamaño 215-150
Ilustración
de la cubierta: Marina Guillén
ISBN
978-84-935103-4-3
Rafael Guillén
nació en Granada en 1933. Su obra poética participa de las coordenadas más
valiosas de la Generación
del 50, según numerosos estudios especializados en poesía de postguerra,
reseñas críticas de su obra y manuales de Historia de la Literatura Española
del siglo XX. En 1994 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura por Los
estados transparentes (El Bardo, Barcelona, 1993 y Pre-Textos, Valencia,
1998). En 2003 se le otorgó por unanimidad el Premio de la Crítica de Andalucía, por
Las edades del frío (Tusquets, Barcelona, 2002). También obtuvo, entre
otros, los premios Leopoldo Panero, 1966, Guipúzcoa, 1968, Boscán, 1968 y
Ciudad de Barcelona, 1969. Es autor igualmente de varios libros de narración y
ensayo, sus poemas y artículos han sido traducidos a numerosos
idiomas y sobre su obra existe una abundante
bibliografía, que incluye monografías y tesis doctorales.
En Los dominios del
cóndor, se aventura
Rafael Guillén en
el sugestivo mundo poético del espacio, abordado en su concepción abstracta,
como entidad ilimitada e indefinida, aunque también materializado, ideológica y
poéticamente, cuando entra en relación con el ser humano, sus formas de
manifestarse y el medio cotidiano en el que se desenvuelve. Espacio que en el
universo se traduce en distancias, entre las cosas en huecos, entre las
palabras en silencios y entre los hombres en desunión. Espacio que, en el amor,
sería la imposibilidad de una total fusión con el ser amado. Y es precisamente
el amor el hilo que sutilmente enlaza y da luz a los poemas.
Estructuralmente,
dentro de la obra del autor, este libro se debe incorporar a Límites y a
Los estados transparentes para completar la trilogía, hace tiempo proyectada,
sobre el tiempo, la materia y el espacio. Quedaría así su anterior libro Las
edades del frío no como tercer elemento del conjunto (tal como el mismo
autor pensó en un principio), sino como coda y como complemento de éste, pues
indaga en los tres temas fundamentales, los enriquece e, incluso, completa la
ecuación con un cuarto, el movimiento.
Estamos,
en fin, ante el más depurado poemario del autor donde nos demuestra con
claridad una vez más su contrastada maestría.
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